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Capacitacion y asesoria en desarrollo empresarial

viernes, 8 de junio de 2012

COMO MEDIR LA RENTABILIDAD DE UN NEGOCIO


Diferentes formas para medir la rentabilidad:
Partiendo entonces de que la rentabilidad es esa capacidad o aptitud de la empresa de generar un excedente a partir de un conjunto de inversiones efectuadas podemos medir la rentabilidad con diferentes ópticas.
  • Valor agregado
  • Flujo de efectivo generado
  • Resultado operativo
  • Utilidad neta
  • Dividendos
Los dos enfoques principales dependen desde qué óptica analices el desempeño de la empresa, como empresario o como directivo de la misma. Quizá para un empresario la rentabilidad deba medirse desde la óptica de cuanto me tocó de dividendos, cuando desde la óptica de un ejecutivo es qué tan eficiente operé la empresa y por tanto que rentabilidad se generó como resultado operativo. Sus perspectivas son diferentes.
Así que determinar la rentabilidad de las empresas puede ser un tema escabroso. Primero para definir los criterios y segundo para aplicarlos consistentemente y con datos confiables.
Metodologías de actualidad para evaluar la rentabilidad
Una de las metodologías en boga para medir la rentabilidad es el Valor económico agregado o VEA por su siglas en inglés que realmente es una marca de la firma Stern Stewart & Co.
La medición de la rentabilidad a través del VEA considera la riqueza generada para los propietarios de las empresas a partir de un principio simple: Los recursos empleados por una empresa deben generar un beneficio mayor a su costo. Así que las ganancias esperadas deben ser superiores al mismo. El concepto viene desde principios del siglo pasado aunque Peter Drucker, en un artículo de Harvard Business Review, hizo su aproximación al concepto de la generación de valor hace muchos años.
Flujo de efectivo generado
Otra forma de medir la rentabilidad de las empresas quizá no tan compleja y probablemente no tan certera como el VEA es el flujo de efectivo generado. El flujo de efectivo se traduce en los recursos líquidos que tenemos para operar y hacer crecer el negocio. En términos llanos cuánto tengo en la chequera. Quizá es la forma más simple de hacer una aproximación sobre la rentabilidad. Mientras tenga dinero para pagar a mis proveedores y acreedores y me quede para mis gastos soy rentable. El ejemplo de mi amigo el doctor. Mayor flujo generado, mayor rentabilidad.
Utilidad de operación
Una tercera aproximación es medir la rentabilidad a través de la utilidad de operación de las empresas. Con los recursos disponibles cuánto soy capaz de ganar, no importa cuanto me quite Lolita de impuestos después. Por lo pronto con 100 pesos de inversión gané 50 lo cual se traduce en una rentabilidad del 50%, que de ahí tenga que pagar impuestos, mi equipo se haya gastado y reparta utilidades es otro boleto. Los ejecutivos ligados a procesos productivos consideran que una forma de medir la rentabilidad sea desde esta óptica. Yo no tengo control sobre lo que haga el de administrativo para pagar menos o más impuestos o lo que haga el dueño para distribuir las utilidades o incuso sobre los créditos contratados por finanzas para capital de trabajo. Por tanto la rentabilidad desde mi óptica debe ser medida a través de la utilidad de operación es el argumento más común.
Perspectivas de los empresarios en cuanto a la rentabilidad
Claro que la perspectiva otra vez desde el empresario es: a mi no me importa que tengas de utilidad de operación 50% si al final quedaron 3 pesos descontando pagos de gastos financieros, impuestos y demás. Para mi la empresa no es rentable porque yo quiero saber cuánto me quedó como utilidad neta, después de todo.
O finalmente una posición más radical para medir la rentabilidad: de qué sirve que haya 3 de utilidad neta si finalmente yo sólo vi 1 y le he invertido 200, sólo un 0.5% cuando el banco me da unos puntos más sin riesgo.
Habrá sus particularidades en este asunto, si es sobre activos totales, sobre capital, sobre inversión o sobre qué calculamos las tasas o razones para medir la rentabilidad. El hecho es que no basta el criterio contable o los numeritos que los contadores sacan de sus hojas de cálculo. Si de por sí tenemos que pagar un contador, al menos que la información que nos proporcione no sea exclusivamente cuánto hay que pagar de impuestos.

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