Los países miembros de la zona euro se encuentran adheridos al
llamado Pacto de la estabilidad y de crecimiento según el cual los Estados
miembros buscan facilitar y mantener la Unión económica y monetaria de la
Unión Europea. Uno de los principales puntos del Pacto es el cumplimiento de un límite de déficit
público (cuando
los gastos públicos superan los ingresos), fijado en un máximo del 3% del PIB.
Desde la entrada griega al euro el país heleno nunca ha cumplido
con el citado objetivo (en 2009 el déficit fue del 9,8% y
en 2010 del 15,4%). Se espera que este año 2011 el déficit de Grecia baje hasta
el 9,6% del PIB.
Estos altos niveles de déficit presupuestario
de Grecia sumados al decrecimientoeconómico del país (cayó un 4,5% en 2010), a la enorme deuda pública (del 127% del PIB) y al alto
desempleo (del 15%) supone un grave problema
de credibilidad para los financiadores, y en concreto para las agencias de
calificación de la deuda pública (las instituciones de referencia para los
financiadores a la hora de valorar a quien prestan su dinero).
Por todo lo mencionado Grecia se convirtió en el país de la UE
con mayor
probabilidad de impago de su deuda, superando el 50%, muy por encima
de la ratio de países como Portugal y España. Esto supone que a día de hoy haya
grandes dificultades para que Grecia encuentre financiadores y de ahí a que la
UE y el FMI hayan intervenido.
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