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Capacitacion y asesoria en desarrollo empresarial

martes, 17 de enero de 2017

¿Cómo proyectar los costos en mi empresa?

Por principio de cuentas, me gustaría revisar rápidamente el concepto de costo. Sin referirme a ningún autor en específico, sino a mis recuerdos de la escuela, costo es aquella erogación directamente aplicada en el producto o servicio que nos produjo el ingreso y que puede ser plenamente identificada.
Con base en esa definición, podemos entender que al momento de entregar un producto o servicio se tendría como consecuencia, un conjunto de costos. Por tanto, lo único que necesitamos para proyectar los costos de un producto o servicio son las estimaciones de venta, los detalles de cómo elaborarlas, los explico en: ¿Cómo proyectar las ventas de mi empresa?), así como una mecánica para el cálculo de costos.
Basados en las estimaciones del nivel de ventas, mismas que suelen incluir dos variables monto y unidades vendidas, podemos con ese marco de referencia, estimar los costos correspondientes a las mismas a partir de básicamente la utilización de 2 métodos: 1) considerarlos un porcentaje de las ventas (lo más simple) o mediante un 2) cálculo que incorpore la mayoría de los conceptos para la elaboración del producto.

1) Porcentaje de las ventas
En el ejemplo, tenemos una proyección de ventas con tres líneas de producto y con base en valores históricos de la empresa, tenemos un porcentaje de lo que han representado los costos el año anterior y considerando esto, hemos calculado una proyección de los costos para un determinado periodo de tiempo. Por último, tenemos también una proyección de la utilidad bruta.
Bajo los anteriores supuestos, los costos para el negocio son de 50 pesos, porque representan el 50% de las ventas y como consecuencia nos dejan una utilidad bruta de 50 pesos.
2) Cálculo de costos
Supongamos que las ventas estimadas se comportarán de la siguiente manera:
Para utilizar este método, requerimos conocer las unidades que se estima vender por producto. En este caso, se piensan vender 10 unidades de cada producto.
Una vez que sabemos cuántos productos vamos a vender, requerimos conocer los componentes que los integran y el costo de los mismos. Posteriormente, agregaremos el costo de la mano de obra necesaria para su elaboración y por último incorporaremos los gastos indirectos.
En este ejemplo, cada insumo tiene un costo de 25 centavos y se requiere uno por producto, aunado a lo anterior, se asume que se cuenta con personal especializado para cada tipo de producto y son grupos independientes, los cuales son considerados en el costo del producto directamente, es así como para el producto 1 cuesta: 4 y para los productos 2 y 3 seis y diez pesos respectivamente.
Asimismo, conocemos el valor de los gastos indirectos relacionados con la producción y representan 1, 1.5 y 2.5 pesos para los productos 1, 2 y 3 respectivamente.
Con los datos anteriores podemos extraer que el producto 1 tiene un costo de un peso (50 centavos de materia prima, 40 centavos de mano de obra y 10 centavos de indirectos); el producto 2 tiene un costo unitario de 1.5 pesos (75 centavos de materia prima, 60 centavos de mano de obra y 15 centavos de indirectos). Por último para el producto 3 sabemos que tiene un costo unitario de 2.5 pesos (1.25 pesos de materia prima, un peso de mano de obra y 25 centavos de indirectos).
Una vez descritos ambos métodos solamente me queda recordarles la necesidad de considerar el escenario económico para las proyecciones, porque los factores son cambiantes y deben incluirse variables tales como: incrementos de salario, inflación para la materia prima, apreciaciones o depreciaciones de moneda extranjera cuando los componentes son extranjeros, entre otros.

sábado, 14 de enero de 2017

Cómo elaborar un presupuesto de ventas


Si el plan de ventas no es realista y los pronósticos no han sido preparados cuidadosamente, los pasos siguientes en el proceso presupuestal no serán confiables, ya que el presupuesto de ventas suministra los datos para elaborar los presupuestos de producción, de compra, de gastos de ventas y de gastos administrativos. 
Un pronóstico debe manifestar siempre los supuestos en que se basa. Éste debe verse como uno de los insumos en el desarrollo del plan de ventas y puede ser aceptado, modificado o rechazado por la administración.
Es esencial que su preparación se realice antes de cualquier decisión y que indique las ventas probables bajo diversos supuestos alternativos. Por ello se puede hacer un pronóstico de ventas de la industria a la que pertenece la compañía y el sector en donde está ubicada, y otro de la propia empresa.
A continuación, te explicamos los pasos necesarios para elaborar un presupuesto de este tipo:
1. Pronostica las ventas del sector
Estas ventas recogen el potencial de negocios que pueden abarcar todas las empresas del sector o aquellas que constituyan la competencia real. La comparación del mercado o demanda con las ventas u ofertas del sector, permiten detectar las siguientes situaciones:
Si el mercado es superior a la oferta, los productores pueden acortar la distancia mediante estrategias de penetración de mercado, el desarrollo de productos o la integración.
Si el mercado es similar a la oferta, los productores pueden acudir al atrincheramiento, la contracción de productos, la diversificación o la instauración de políticas crediticias o de precios que conduzcan al desplazamiento de competidores.
Las ventas esperadas de la competencia ameritan el conocimiento de factores como la tendencia de los negocios, el nivel de empleo, la capacidad instalada, las políticas sobre productos y la intención de ampliar su oferta mediante proyectos de inversión.
2. Pronostica las ventas de la empresa
Aquí el pronóstico se fija de acuerdo a su participación en el mercado. La gerencia debe establecer si es o no factible alcanzar la participación deseada a partir del reconocimiento de las capacidades productivas, la situación de la empresa, el estado de intervención actual y el estudio racional de las políticas de marketing que puedan implementarse.
3. Agrega otros datos pertinentes
Esta información debe relacionarse tanto con las restricciones, como con las oportunidades. Las principales limitaciones que deben evaluarse son:
a. Capacidad de fabricación
b. Fuentes de abasto de materia prima y suministros generales.
c. Disponibilidad de de una fuerza laboral.
d. Disponibilidad de capital para financiar la producción.
e. Disponibilidad de canales alternativos de distribución; rediseño de antiguos productos, introducción de nuevos productos, así como los cambios en los territorios de ventas.

jueves, 12 de enero de 2017

35 hábitos para ser más eficiente

¿Conoces a ese tipo de personas que hacen tantas cosas que parece que tienen 30 horas al día, mientras que el resto de nosotros tenemos únicamente 24? Ya sabes, aquellos que pareciera que terminan más cosas antes del desayuno que tú en toda la jornada.
La buena noticia es que puedes ser uno de ellos. A continuación te compartimos 35 hábitos para aprovechar al máximo cada minuto:

En la tecnología

1. Limita las respuestas de email y sólo tarda un minuto a lo máximo en contestar cada correo
2. Si no entiendes el motivo u objetivo de un email, no lo respondas
3. Apaga las noticias; la mayor parte de las veces no ocurre nada importante
4. No respondas al teléfono ni los mensajes, a menos de que sea una emergencia
5. Usa atajos en el teclado de tu computadora

En tu vestimenta

6. Define un uniforme de moda y úsalo diariamente. Esta estrategia ha sido usada por personajes como Hillary Clinton, Barack Obama, Mark Zuckerberg y Steve Jobs
7. Lleva un atuendo formal (como un buen saco) siempre contigo
8. Deshazte de lo que ya no usas

En tu cuerpo

9. Define horarios para comer, dormir y ejercitarte
10. Controla la ansiedad con ejercicio (como correr, nadar y bailar)
11. Duerme más; serás más productivo
12. Tómate una siesta cuando decaiga tu energía

En tu horario

13. Haz las cosas más fáciles primero
14. Prioriza un pendiente cada día
15. Establece una rutina diaria
16. No tengas reuniones hasta que sean decisivas
17. Es mejor terminar una tarea a que quede perfecta desde el principio

En tu alimentación

18. Haz de tu dieta una rutina
19. Come alimentos saludables
20. Apuesta por pedir a domicilio para ahorrar tiempo

En tu mente

21. Identifica tu regla de 80/20: ¿Qué 20% de tu trabajo produce el 80% de tus resultados?
22. Enfócate en lo importante
23. Empieza una agenda de ideas, y hoy mismos trabaja en ella
24. Elimina decisiones triviales como qué ropa ponerte
25. Aprende a ignorar. No necesitas responder a todo
26. Haz un boceto imperfecto; edítalo después
27. Trata a tu tiempo como si fuera dinero
28. Delega cuantas tareas sea posible

Otros tips

29. Visualiza el resultado final de tu producto
30. Empieza antes de sentirte preparado
31. Cuando tengas una duda, asume que estás en lo correcto. Ser decisivo es ser productivo
32. Si tienes un bloqueo mental, crea un mapa mental
33. Si no puedes escribirlo, grábalo
34. Cuando leas algo útil, escríbelo
35. Prepara cuanto sea posible la noche anterior. Te ahorrará varias horas en tu jornada

sábado, 7 de enero de 2017

¿Para qué sirve un modelo de negocio?

Podríamos estar días y días divagando sobre el concepto ‘modelo de negocio’, pero como en Emprendedores presumimos de ser muy prácticos, definir tu modelo de negocio es saber cuál es el ADN de tu negocio. En otras palabras: es una herramienta previa al plan de negocio que te permitirá definir con claridad qué vas a ofrecer al mercado, cómo lo vas a hacer, a quién se lo vas a vender, cómo se lo vas a vender y de qué forma vas a generar ingresos.
Y ¿por qué es necesario –incluso, vital– definir tu modelo? Porque, entre otras cosas, te ayudará a saber “qué es lo que va a pasar y quién va a pagar qué, cuándo y por qué. Cuanto más sencillo sea el modelo de negocio, mejor funciona. Cuanto más complejo, más difícil será de implementar”, advierte Rodolfo Carpintier, fundador de Digital Assets Deployment (DaD).
“Una definición admitida es –señala Javier Megías, experto en estrategia y modelos de negocio– cómo una empresa crea, desarrolla y captura valor. Pero esto es muy etéreo. Al final, el modelo de negocio es una visión, un conjunto de todo lo que es tu negocio”.
Para Joan Riera, profesor de Esade Business School y CEO de Active Development, el modelo de negocio es como los pilares del futuro negocio: “Son los cimientos. Si vas a construir un edificio, que sería tu negocio, estás definiendo dónde van las columnas. Por eso el modelo de negocio es muy importante pensarlo antes de lanzar una idea al mercado, incluso antes del plan negocio. Muchos emprendedores empiezan con el business plan sin haber pensado bien su modelo. Es como construir una casa y empezar metiendo los muebles y luego te replanteas los espacios. Y te encuentras con un problema: ‘Perdón, me he equivocado. Voy a mover un par de columnas para que me encajen los muebles’. Volver atrás suele ser muy costoso y difícil y se suele entrar en etapas de confusión y colapso”.
Mucho más que los ingresos
Cuando se habla, coloquialmente, de modelo de negocio se suele concretar en la forma que tiene una empresa de ganar dinero. Y también es eso, pero es mucho más. “Se suele relativizar lo del modelo de negocio con los flujos de ingresos, y el modelo de negocio habla no sólo de cómo ganar dinero sino también de quiénes son tus clientes, de cómo vas a llegar a ellos, qué cosas tienes que hacer para entregarles tu propuesta de valor, qué es lo que te hace único, qué estructura de costes tienes, etc.; es una visión sistémica de tu negocio”, subraya Megías.
Y así es: ganar dinero –generar ingresos– sería la consecuencia del proceso. Para que eso suceda es necesario definir y encajar toda una serie de piezas (que veremos después). “Las preguntas clave que cualquier negocio debe saber responder son: ¿quién es mi cliente?, ¿qué estoy ofreciendo al mercado?, ¿cómo lo voy a ofrecer?, ¿qué mecánica tiene mi negocio para hacer beneficios? y ¿cómo lo voy a hacer sostenible en el tiempo?”, afirma Joan Riera.
Diseñar un modelo de negocio no es sólo válido para los emprendedores que empiezan sino también para empresas consolidadas que buscan que su modelo no se agote. “Y después de dibujarlo y estructurarlo, debes ponerlo a prueba, iterando, es decir, cambiando algunas piezas y viendo cómo se comporta todo”, recomienda Riera, que añade: “Y pueden ser piezas relacionadas con la parte del cliente o con la parte de producir ese valor. Por ejemplo, puede cambiar una serie de canales e innovar ahí o probar con otros sectores o en la parte de costes”.
¿Cuántos clientes te pagan?
Así, para validar todas las hipótesis sobre las que estás construyendo tu modelo de negocio, lo ideal es bajar al mercado, es decir, hablar con clientes para saber qué opinan, con expertos en el mercado en el que vas a operar, etc. “Aunque, evidentemente, la mejor prueba para saber si funciona es tener clientes que te paguen, porque al final un inversor te va a preguntar cuántos clientes tienes que te pagan”, sostiene Riera.
Para Megías, que defiende la idea de ejecutar lo antes posible el modelo de negocio para saber si funciona, “el emprendedor debe diseñar su producto mínimo viable para enseñar a los clientes y que le den feedback. Y la palabra clave es cliente, porque está muy bien que pienses o pronostiques que le va a gustar tu producto, pero la realidad es que quien tiene que decir bien o mal es tu cliente”.
Cliente y producto
Una de las cuestiones clave es ¿construyo productos para mis clientes o busco clientes para mi producto? “Cuando eres una gran empresa sabes quién es tu cliente, lo conoces y diseñas productos para él. Cuando eres emprendedor no tienes ni idea de quién es tu cliente. Te lo imaginas en el mejor de los casos. Siempre recomiendo a los emprendedores que construyan un producto que consideren que de verdad es bueno para sus clientes y busquen clientes para su producto. Si has buscado y no has encontrado, obviamente tu solución no tenía sentido”, dice Megías.
Este experto considera que el mantra de cualquier emprendedor debe ser el de llevar su producto pronto al mercado: “Pruébalo rápido y fracasa rápido y barato. ¿Cómo consigues validar tu modelo de negocio? No porque un cliente te diga que tu producto es interesante y que cubre sus necesidades. La única forma en que un cliente valide tu modelo de negocio es comprando tu producto. Muchos emprendedores se equivocan al pensar que, como han creado una beta o lo ofrecen a un precio ridículo y algunos clientes les han dicho que les ha gustado, su producto está bien. Pero eso es un error, porque no es una opinión cualificada. ¡Cómo no le va a gustar algo que es gratis; muy malo tendría que ser para que no le gustara!”.
Empieza pequeño y piensa en grande
Es necesario empezar pequeño, pero pensando en grande: “Lo normal cuando arrancas es poner el motor en marcha para ver si eso aguanta. Debes empezar con un cilindro y cuando veas que aquello no se cala, pasa a un motor más potente y grande”, sostiene Riera, de Active Development.
Megías recuerda que una de las preguntas que le hacen muchos emprendedores es ¿cómo van a proteger su idea? “Las ideas son difíciles de proteger. Lo mejor es que las protejas con un camino claro y en el tiempo. Es decir, si acabas de lanzar en pequeñito tu proyecto y llega un competidor y te copia, tu ya sabes (o deberías saber) cuáles son los otros tantos pasos que vas a dar después y cómo los vas a dar, aunque luego tengas que pivotar alrededor de tu modelo de negocio y hacer cambios, pero tienes muchas más cosas claras –o deberías tenerlas– que tu competidor, que tendrá una estrategia absolutamente reactiva”.
¿Y quién gestiona este modelo?
El secreto es cómo vas a ejecutar tu modelo de negocio y eso lo hará el equipo”, apunta Riera. O como recomienda Megías: “Hay que fallar pronto, rápido y barato. Para eso hay que diseñar un buen equipo y, sobre todo, que sea escalable”.
Uno de los errores más frecuentes, sostiene este experto, “es que el emprendedor no debe empezar con el equipo que será el definitivo. Tu primera etapa como startup, que para mí no es una empresa, sino una organización temporal que tiene que explorar su modelo de negocio, posiblemente, no requiera –o sí– de la figura de un financiero, pero sí en la segunda –por la evolución necesaria del proyecto– tendrás que cambiar de financiero, es decir, hay un equipo fundacional que tendrá que ir evolucionando y otros que tendrán que cambiar. Otro error es coger a un superfinanciero en la primera fase porque se aburrirá, y además costará bastante tenerlo en la empresa”.
Tener mucha cintura
Según Riera, el equipo debe ser capaz de reorientar su modelo: “Debe ser flexible y dinámico para redefinir el negocio a medida que lo van encontrando. Esto permite conocer cuáles son tus carencias personales y profesionales”.
Carpintier aconseja prestarle mucha atención a esta pieza, fundamental en el engranaje de todo modelo: “Es importante definir el tipo de equipo que vas necesitas, porque no es lo mismo vender software que un producto de moda; no es igual ser productor que distribuidor. El equipo que debes configurar será distinto dependiendo de quién sea el cliente final y quiénes tus proveedores. Por ejemplo, en el caso de los outlet online, lo importante es la relación con las marcas para que éstas cuenten contigo y te den la oportunidad de venderle a tus clientes marcas descontadas. Y en ese punto tienes que tener la figura del interfaz con las marcas, que es un comprador que se dedicará a llevar, tratar, cuidar y mimarlas para que estén contentas y te den cada vez más productos”.
Experiencias complementarias
Para Fernández, cuando se trata de varios socios, “es bueno que se complementen, que tengan experiencias distintas, para que puedan tener roles distintos. Y que haya química entre ellos. La vida en las empresas es larga y es importante que las relaciones humanas sean buenas”.
Megías aconseja que cuando emprenda entre varios, “no todos deben tener lo mismo, porque ni todos aportan igual, ni todos se van a comprometer por igual. Hay que fijar, desde el principio, todos los supuestos entre los socios para cuando las cosas vayan mal. La democracia no es un sistema solvente en una empresa”.

Fernández destaca la figura de un director general: “No creo en los proyectos en los que, como somos tres, todo lo llevamos por igual. No, porque la jerarquía debe estar clara y después que cada uno asuma su rol. Es importante que el equipo tenga capacidad de liderazgo. Al principio, el proyecto no tiene personas, es pequeño, pero los proyectos en crecimiento se convierten en una organización y es necesario alguien con capacidades de liderazgo y de gestión. En esos crecimientos, a veces los emprendedores sufren por falta de capacidad de delegación. Si no se da, el propio emprendedor acaba siendo el cuello de botella de su proyecto. Lo importante es equipo y proyecto, pero si tienes un buen proyecto, pero desconfías del equipo, mejor no inviertas”.

viernes, 6 de enero de 2017

4 cosas que tienes que hacer para ser más productivo (según la ciencia)

Siempre escuchamos mil consejos sobre cómo aumentar nuestra productividad y no me dejarás mentir, la mayoría se resume a: come más vegetales y elabora listas. Todos creen tener la razón, pero la única que la tiene y está comprobada es: la ciencia.
Aquí algunos métodos para darle a tu cuerpo y mente lo necesario para que hagas un mejor trabajo.

1. Luz natural, por favor

Hay una fuerte relación entre tu lugar de trabajo, la luz del día y la calidad de vida según un estudio hecho por Northwestern University.
De acuerdo a este informe, los empleados que trabajan con luz natural duermen alrededor de 46 minutos más por la noche (y con mayor calidad) que los que no lo hacen. Y no sólo eso, los trabajadores que no tienen ventanas resultaron tener más problemas físicos y de trastorno de sueño que aquellos que laboran junto a la luz del día.
Está bien documentado que la falta de luz natural afecta los ritmos circadianos, mismos que puedes causar desórdenes en el sueño, depresión y otros síntomas. 
Así que ya sabes, si trabajas en una oficina sin ventanas puedes comprar una lámpara que simule la luz del día, o también puedes cambiar de empleo.

2. Trabaja cada 1.5 horas

Trabajar a tiempos en lugar de hacerlo por horas en una sola tarea es más productivo.
Este estudio demuestra que nuestros cerebros tienen mucho sueño en las mañanas cada casi 90 minutos. Así que podrás trabajar mejor cada tiempo estimado. Esto te permitirá tener más creatividad y podrás hacer descansar tu cerebro.

3. Sé feliz

Aunque mucha gente crea que el éxito lleva a la felicidad, es al revés. La investigadora de la felicidad, Sonja Lyubomirksy, estudia la correlación entre la felicidad y productividad en su libro "The How of Happiness".
Lo que ella concluyó fue que los resultados positivos de la felicidad van más allá de la alegría y el amor, pues afirma que cuando estamos contentos, tenemos más energía, mayor compromiso con el trabajo, mejores relaciones, más autoestima y salud física y mental.

4. Toma una siesta

Podrás pensar que las siestas son para los muy jóvenes o muy viejos, pero la ciencia ha probado que son increíbles para tu productividad. Aquí una pequeña lista que comprueba lo anterior,
  1. Las siestas te alejan del famoso burning out. David Randall escribe en su libro “Dreamland” que aquellos que las tomaban, mostraban mejor inteligencia emocional y funciones cognitivas.
  2. Un estudio de Harvard aseguró que con la ayuda de una siesta resolverás de manera más efectiva tus problemas pues ésta te ayudará a separar la información importante de la que no.
  3. Un estudio de la NASA afirma que una siesta de 26 minutos mejora el rendimiento un 34% y el estado de alerta general otro 54%.
Toma el control de tu productividad e intenta estos tips, la ciencia los respalda.

jueves, 5 de enero de 2017

4 Poderosas preguntas que te ayudarán a evitar caer en la Zona de Confort

Un ejercicio que personalmente me gusta realizar cada cierto periodo de tiempo en mi vida (al menos cada 3 años), es tomarme un par de horas para sentarme conmigo mismo bajo la luz de la luna y hacerme cuatro preguntas acerca de lo que estoy haciendo con mi vida. Al final del ejercicio descubro si realmente tiene sentido seguir haciéndolo o si ya es hora de cerrar ciclos y empezar con nuevos retos.
A continuación te comparto las preguntas y te invito a que adoptes el hábito de planteártelas cada cierto periodo de tiempo.

1. ¿Realmente amo lo que estoy haciendo?


Cada vez que iniciamos una nueva actividad, nos llenamos de entusiasmo y expectación. Nos sucedió la primera vez que fuimos al colegio, aquel momento en que conseguimos nuestro primer empleo (especialmente al recibir el pago), el primer día que abrimos nuestro negocio, etc.
Lo ideal es seguir haciendo las cosas cada día con el mismo entusiasmo de la primera vez, pero en muchos casos las situaciones que enfrentamos se tornan rutinarias y estresantes.
Lo primero que debes preguntarte es si realmente amas lo que estás haciendo, si realmente disfrutas cada día como la primera vez y si realmente es lo que quisieras seguir haciendo por el resto de tu vida, o al menos por los siguientes 3 años.
"Cada día me miro en el espejo y me pregunto: "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?". Si la respuesta es "no" durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo." Steve Jobs

2. ¿Soy muy bueno en lo que hago?


Para ser muy buenos en lo que hacemos se deben combinar dos elementos: talento y disciplina. La única manera de ser los mejores en lo que hacemos, es superando nuestros propios limites y dando más del 100%.
Con esta pregunta no sólo descubres si lo que estás haciendo está conectado con tus talentos y habilidades naturales, sino que también te podrás dar cuenta de qué tanto te estás esforzando en lo que haces.
Dedícate a aquellas cosas que te inspiren a dar más del 100% y por las cuales estés dispuesto a desafiarte cada día hasta llegar a ser el mejor en lo que haces.
"El trabajo duro vence al talento cuando el talento no trabaja duro."

3. ¿Gano lo que siento que me merezco?


El objetivo de esta pregunta es ayudarnos a descubrir si la recompensa que obtenemos, no sólo en dinero sino también a nivel emocional, es acorde con nuestro esfuerzo y dedicación.
Posiblemente te guste mucho tu trabajo, pero si sientes que no te están valorando y que no estás obteniendo lo que esperas recibir, es momento de dejar de conformarte con lo que te toca e ir tras lo que te mereces.

4. ¿Lo que estoy haciendo hoy me acerca al lugar a donde quiero estar mañana?


Cada día es una oportunidad para acercarnos a nuestros sueños. Puede que en el corto plazo debas hacer sacrificios y aceptar trabajos que no te gustan, para lograr tus objetivos y sueños a largo plazo. El problema está en que te la pases trabajando en algo que no disfrutas y que además no te lleva a ningún lado.
Ten perfectamente claro para dónde vas y desde hoy comienza a realizar acciones que te acerquen a tu destino.
"El que no sabe lo que quiere, se conforma con lo que le den."

¿Qué hacer luego de responder las preguntas?


Una vez respondas las cuatro preguntas, el siguiente paso es hacer un ejercicio de reflexión para determinar cuáles de las cosas que estamos haciendo debemos seguir haciendo, y cuáles debemos dejar de hacer.
Si estás haciendo algo que no te gusta, en lo que no estás dando todo tu esfuerzo, que no te está recompensando adecuadamente y que además no te lleva a dónde quieres ir, entonces es momento de tomar decisiones radicales y comenzar a hacer cosas acordes con la vida que queremos vivir.
"Jamás te conformes con la vida que te tocó. Mientras sigas vivo, siempre puedes seguir luchando para construir la vida que realmente quieres vivir."